sábado, 17 de diciembre de 2011

Variantes de género


Cuestiones prácticas.
La de los/las/les adolescentes variantes de género.

Ésta es la primera generación que cuenta con el apoyo de sus padres. La primera  que pueden vivir su variante de género en familia y en la escuela, recibir una educación normal, ser educados sin silencios, en libertad.

La actitud de los padres y educadores está siendo muchas veces la adecuada: andar detrás de ellos, ellas o elles, abrirles todas las puertas para que cada cual elija la suya, permitirles ensayar, equivocarse y rectificar, dejarles crear su manera de vivir, velar para que no tropiecen con obstáculos, saber que son dueños de sus vidas...

En la casa pueden encontrar el espacio seguro y de confianza que es la casa. Pueden hablar con su padre o su madre con toda naturalidad. Pueden preguntarles. Pueden explicar sus puntos de vista. Pueden meditar los de sus padres.

Asombrosamente, empiezan a encontrar actitudes respetuosas por parte de sus pares, en clase; hacen amistades, trabajan con normalidad. El apoyo, las explicaciones abiertas de los maestros y tutores, siguen siendo vitales.

Y nada esta determinado, prefijado. Es correcto llamarles "variantes de género" y no transexuales porque la fluidez de su conciencia de género es máxima.

Por eso no se emplea con ellos/ellas/elles ningún nombre que signifique una "definición definitiva".

Están aprendiendo mucho de sí y de la sociedad, precisamente porque ignoran mucho y tienen la mente muy abierta.

Por ejemplo, puede ser que estén al principio muy influidos por nuestra cultura binaria de género: o lo uno o lo otro, o varón o mujer. A lo mejor, a alguno/alguna/algune le resulta revelador enterarse de las concepciones no-binarias: ni lo uno ni lo otro; yo.

O mujer; o varón; pero ya, el hecho de  poder decir, para una persona variante de género: soy mujer, soy varón o soy yo, es un hecho no-binario.

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